Ofrecer a sus clientas y alumnos lo más vanguardista en la rama de la belleza es uno de los cometidos que Germy Terrón tiene en su día a día. Platicamos con él en su salón, el cual es exclusivo para mujeres, y nos pudieron llegar a sorprender algunos de sus secretos.

Germy Terrón hacía sus pininos en el salón de belleza de su madre, pero no se imaginaba lo que le depararía en un futuro al descubrir que ésta era su verdadera vocación. Por dicho momento, se enfocó en terminar sus estudios sin siquiera pensar en dedicarse a lo que para él parecía un “hobbie”.

“Desde muy joven (14 años) trabajaba en el salón de belleza de mi madre, y ahí empecé a sentir interés, ya que se me dio muy fácil realizar todo lo relacionado al cabello y maquillaje”, relata.

De manera autodidacta, empezó a practicar e interesarse en el tema, tomando cursos dentro y fuera del país, hábito que cultiva hasta la fecha, ya que para Germy es importante estudiar y mantenerse a la vanguardia tanto para su escuela de belleza como para su salón.

Al finalizar la preparatoria, el profesional de belleza decidió emprender su camino como psicólogo clínico, profesión que lo llevó a trabajar en el Hospital Psiquiátrico, actividad que considera fundamental en su vida. “Fue una experiencia humanitaria extrema”, declara.

A la par de buscar la sana belleza interior en cada ser humano, la exterior, que era también su vocación, no la podía dejar de lado; así, empezó a hacer trabajos de estilismo a domicilio y en su casa. “Abrirme paso en esta carrera no considero que haya sido tan difícil, ya que comencé sin pensar que me dedicaría en un futuro a ello. Más bien lo hacía porque era extra a mi profesión; me gustaba y le gustaba a quienes atendía. Fue cuando decidí independizarme ya con una cartera de clientes y dejar mi profesión de psicólogo”, comenta.

La demanda de servicios fue en aumento, así como la gente que quería aprender de él; así, Germy decide hace 10 años abrir su propio salón y academia en un local independiente. “Al principio trabajaba sólo y poco a poco empecé a solicitar nuevos estilistas”, agrega.

A ellos los capacita de una manera constante a través su academia de belleza, misma en la que procura que los proveedores de productos siempre presenten tratamientos e innovaciones en todos los servicios que ofrecen. Ahí se engloban maquillaje y peinado, tratamientos de queratina y cabina, efectos en el cabello como tintes, cortes y decoloraciones, entre otros.

Cada uno de ellos es garantía de calidad en dicho salón, del cual Germy afirma que el principal reto en una década ha sido “Mantenerlo vigente, procurando que las clientas se lleven la mejor imagen, trato y que nos sigan recomendando como hasta ahora”, puntualiza.

Al ser cuestionado sobre cómo definiría su negocio en una frase, después de pensar un poco, declara finalmente que definitivamente sería “la terapia hecha belleza”, ya que en ella se engloban sus dos grandes pasiones y encierran su vocación. “Ahí viene mi legado para quienes se quieren dedicar a esto, que lo que hagan lo realicen con pasión y amor; capacitarse y conocer es fundamental, ya que como asesores de imagen es importante transmitir la entrega y compromiso con cada cliente”.

Previo a despedirnos, finalizamos pidiéndole a Germy dos consejos de belleza para nuestras lectoras, se enfocó en el cuidado que se debe tener al realizarle algún cambio a nuestro cabello.

“Después de cada decoloración o tinte, lo ideal es utilizar productos de salón recomendados por los estilistas, así como antes de visitar un salón hay que investigar trayectoria y comentarios del mismo”, finaliza.