Todos tenemos un problema con la ropa, siempre. No importa dónde compres o qué ajustes le hagas; siempre habrá algo mal en nuestras prendas y eso se refleja.

Muy pocas veces nos paramos frente al closet y nos vamos directos a esa blusa que tiene el ajuste perfecto ¿Por qué? Porque solo es una, y seguro está sucia por usarla todo el tiempo.

La ropa es una aliada, pero la vemos cómo enemiga. Creemos que nos debemos de ajustar a las prendas y no ellas a nosotros. Que si nos falta busto o nos sobra panza… Pero, ¿por qué nosotros somos los que estamos mal y no la prenda?

No voy a echar la culpa a la publicidad o a las revistas; no son ellas las que nos enseñan. Somos nosotros los que decidimos ver y aprender las cosas.

Empecemos con saber que nada es perfecto, ni los anuncios ni los comerciales y mucho menos las modelos. Todo está creado para que luzcan de esa manera; no tienen idea de cuántas pinzas, costureras y retoques fotográficos puede haber en una sesión de cinco cambios.

Pero preferimos ignorarlo y culpar a nuestro cuerpo por no ajustarse a la ropa. Nos encanta hablar de relaciones tóxicas y decir “amiga, date cuenta” cuando se trata de algo que nos hace daño, pero ¿por qué entonces no hacemos lo mismo con lo que usamos?

No, la relación que tenemos con nuestro clóset no es la tóxica, sino la que hay con nuestro cuerpo. Debemos aprender que todos los cuerpos son perfectos.

Ama tu cuerpo, aprende a conocerlo en sus curvas y en sus formas. Descubre qué es lo que mejor le va según sus proporciones. ¡No te claves! Si eres XS o XL es solo una talla y no representa nada.

Cuando logres conocer tu cuerpo, aprenderás a amarlo y a vestirlo de acuerdo a tu personalidad, a sacarle provecho y a reflejar quién eres.

La ropa pasa a segundo plano. La talla ni te digo en qué lugar de la lista debe estar. Lo que importa es que las prendas se ajusten a ti y no tú a ellas.

No te falta nada, ni te sobra algo. Así eres perfecta.

Cuando te des cuenta, podrás pararte frente al espejo y descubrir que no importa lo que te pongas; te verás perfecta.