Siempre he creído que el cuerpo es perfecto sin importar el tamaño. Como “stylist” tengo que luchar con el estigma de que un cuerpo delgado es hermoso y uno “curvy” tiene que cambiar para serlo.

Otra batalla constante es la idea de que los cuerpos de mayor tamaño se tienen que vestir de cierta forma para lograr un efecto de delgadez. Tenemos que entender que la ropa no es “Photoshop” ni magia. Sí, hay ciertas reglas que podemos seguir para lograr aparentar tener una figura más delgada o generar ciertas ilusiones ópticas con estampados y capas para lograr ese efecto, pero la ropa no es para eso.

El vestir bien es un arte que bien empleado nos dará el poder de reflejar nuestra personalidad, nos ayudará a sentirnos más cómodos, frescos e incluso seguros de nosotros mismos.

Todos tenemos una prenda que nos levanta el ánimo o un “sweater” que nos ayuda a no sentirnos melancólicos en los días fríos. Un vestido con el que nos sentimos la persona más sexy y otro con el que irradiamos dulzura. Este es el poder de la ropa.

Ese mismo poder es el que me gusta transmitir a mis clientes con tallas “plus size”. Cuando nos veamos en un espejo tenemos que ver quiénes somos y amar lo que vemos. No importa el tamaño o la talla. No debemos vestirnos para aparentar vernos más delgados, debemos vestirnos para reflejar quiénes somos por dentro. Como mencioné, todos los cuerpos son perfectos, usar prendas o técnicas para aparentar una figura que no tenemos sólo nos va a dejar un mensaje: “Te ves mal”.

Este mensaje se queda y cada que nos veamos al espejo será lo primero que pensemos. Cada que vayamos de compras o busquemos alguna talla será una vocecita dentro de nuestra mente que nos dirá que no importa qué compremos, siempre nos veremos mal. Esto nos llevará a despreocuparnos, a no querer trabajar en nosotros mismos y no querer hacer nada para mejorar nuestra apariencia e incluso, nuestra salud.

Por eso batallo tanto con este estigma, el de vestir para aparentar porque ¿qué creen? ¡No es necesario!

Lo primero que tenemos que hacer es aceptar nuestra talla, pero sobre todo nuestro tipo de cuerpo. Una vez haciendo esto, todo cambia. Veremos que existen mil prendas que podemos usar para sentirnos en poder, seguros y contentos para que cada paso que demos sea con confianza y amor propio.

Entenderemos que nuestro cuerpo es perfecto, que la ropa es sólo el medio por el cual vamos a decirle al mundo quiénes somos y que no tenemos que engañarnos para gustarles a los demás.

No tengas miedo a ser “curvy” o talla XL. Al final del día sólo es una talla y eso no te define. MAU REVILLA