Entre agaves y cerros, Tequila es famoso por la bebida que ha dado fama a México. Historia y tradición se entrelazan con la modernidad en este sitio del estado de Jalisco, declarado Pueblo Mágico en 2003 por la Secretaría de Turismo de México y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2006.

Chichimecas, otomíes, toltecas y nahuatlacas poblaron la región, antes de que fuera fundada por frailes franciscanos en 1530, bajo el nombre “Santiago de Tequila”. El nombre significa “lugar en que se corta, de tributos o trabajadores” y bajo todo este concepto se vivía en Tequila desde tiempos prehispánicos. Don Pedro Sánchez de Tagle fue el encargado de la primera destilería de bebida de agave azul de la que se tiene dato (antes se consumía este vegetal, pero sin destilar), esto en octubre de 1600. Se le conocía como “vino mezcal”.

Para llegar a este pueblo mágico, es indispensable tomar base primero en Guadalajara, la capital; desde ahí viajarás por 60 kilómetros en auto, bus o tren, este último uno de los pocos que aún se utilizan en el país. Durante el trayecto por las vías férreas, se puede comer y hacer degustaciones de cerveza y/o tequila.

Podrás hospedarte en el Hotel Solar de las Ánimas, ubicado frente a la plaza principal y con vista a la iglesia de Santiago Apostol, que data del siglo XVIII. Desde este punto podrás tener todo a la mano; restaurantes, vida nocturna, centros culturales, museos y sitios donde contratar los “tours” por las haciendas, campos de agave y antiguas destilerías.

En el Museo Nacional del Tequila se puede conocer el origen de la bebida e historia de las destilerías. Es el punto ideal de partida para el viaje, ya que se ubica en el mero centro. Desde ahí se ofrecen recorridos por el pueblo en tranvías o camiones con forma de botella o barril. Estos te llevan a los lugares más recónditos, donde se encuentran instalaciones tequileras olvidadas y llenas de historias contadas por los lugareños. También pasarás por varios bares callejeros, donde disfrutas variedad de tequilas artesanales no comerciales en sus tres variedades: blanco, reposado o añejo.

Para algo más formal, existe la opción de visitas guiadas por las destilerías. Todas incluyen paseos por los campos de agave y bodegas donde se encuentran las barricas, mientras cuentan un poco de historia y degustas un poco de tequila. Imperdibles son los recorridos que ofrecen Casa Sauza (la más antigua en Tequila) y Mundo Cuervo (más popular a nivel mundial).

La Quinta Sauza trabaja el destilado de agave desde 1873. Ofrece maridajes con cocina de autor. El Museo Recinto Javier Sauza Mora fue la antigua casa de la familia Sauza, famosos por fabricar y producir tequila. Por su parte, la hacienda y destilería José Cuervo La Rojeña es la más antigua de América, con más de 250 años de existencia. Obtuvo el primer permiso del Rey Carlos III para fabricar tequila

Además, Tequila conserva tradiciones ancestrales como la de “La Bendición” diariamente a las 9 de la noche. De ésta se encarga un sacerdote católico que se coordina al compás de tres campanadas desde el atrio de la iglesia de Santiago Apóstol. En ese momento todo el pueblo detiene sus actividades para recibirla.

MÁS DE TEQUILA…

Lugares cercanos para visitar: La Barranca (vistas panorámicas y baño de aguas de manantial), Teuchitlán (zona arqueológica), Magdalena (minas de ópalo) y Cascadas los Azules (deportes extremos).
Platillos típicos: Huevos Tequileños con Chilaquiles y Chamorro La Posta, cubierto con pencas de agave.
Bebidas: Además del Tequila, existe el Tejuino (destilado del maíz con un poco de piloncillo), mismo que es ingrediente de las Pachecadas, junto con cerveza oscura, sal, limón y hielos. También están las Batangas, con destilado de agave, limón, sal y refresco de cola.
Artesanías: Bolsas, monederos, y pulseras de piña y hojas de agave; tarros y barriles de madera de roble.