La escritora Sylvia Plath nació en el siglo XX y se mantuvo como una de las autoras más prolíficas de su tiempo. Su arte escrito fue aclamado por transportar las ideas del dolor, la tristeza y lo femenino a historias y poemas que realmente atravesaban a sus lectores.

Sylvia Plath y su trabajo como escritora.

La niñez de Sylvia Plath, el nido de lo que duele

La pequeña Sylvia fue una niña muy aplicada, organizada y perfeccionista; desde una etapa muy temprana de su vida se interesó por la lectura y otras bellas artes como la pintura y la música. A los 8 años de edad fue la escritora de un poema que fue publicado y ese fue el inicio de una tinta infinita de escritos.

Su obra y el resto de su vida fue marcada por la muerte de su padre, el profesor Otto Emil Plath, quien falleció a causa de una diabetes que nunca se controló. Este episodio fue el inicio del cuadro depresivo que acompañó a Sylvia Plath durante el resto de su existencia.

Cuando Plath entró a su etapa adolescente, empezó a desarrollar un diario personal y el uso de este artefacto como un escape de sus ideas, sensaciones y emociones. Además el ejercicio de plasmar su vida también le hizo cuestionar su rol como mujer dentro de la sociedad, otras escritoras como Virginia Woolf también fueron participes de este tipo de diálogos con el formato del diario personal y, en el caso de Plath, fue una herramienta para controlar su tan grave padecimiento depresivo.

La salud de la autora y su obra temprana

Sylvia Plath estudió en Smith Collage y en el primer año de su carrera universitaria tuvo un intento de suicidio que la llevó a estar internada en una institución psiquiátrica; su recuperación fue aparentemente exitosa e incluso se graduó como una universitaria con honores.

Por ser una estudiante tan destacada, la autora ganó una beca muy importante para estudiar en el extranjero y durante ese tiempo conoció al poeta Ted Hughes, en 1956 se casaron. En esa época Plath continuó publicando en la revista universitaria cada uno de sus poemas. Tiempo después, Ted engañó a Plath con una de sus estudiantes y eso marcó de nuevo el inicio de un episodio depresivo para la artista, pero su actividad como escritora no cesó.

En 1960, Sylvia publicó su primer poemario titulado “The Colossus” y posteriormente recitó en la cadena televisiva BBC el poema Tres Mujeres, un trabajo que concibe la maternidad desde una perceptiva feminista y antibelicista. Plath bajo esta experiencia, decidió pensar su trabajo poético para ser leído en voz alta.

En 1963 se publicó “The Bell Jar”, la única novela de la autora. Esta obra es considerada dentro del parámetro de lo semiautobiográfico pues presenta dentro de su ficción algunas ventanas a momentos de la vida de la escritora y a su inestabilidad emocional.

El último capítulo de Sylvia y su arte póstumo

Plath se divorció de Ted después de algunos años de matrimonio y un par de hijos, se fue a Londres y rentó un departamento dónde la mañana del 11 de febrero de 1963 se despidió del mundo que nunca pudo soportar. El suicidio de la escritora marcó un antecedente de la salud mental y del costo que se paga por ello. La tumba de Sylvia está en Hepton Stall en West Yorkshite y su legado como artista se describió como trágico.

Sylvia fue una escritora prolífica y su intensa labor con las letras se reflejó incluso después de su muerte; el ex-esposo de la escritora fue el encargado de editar los escritos de Plath y publicarlos:. En 1965 el poemario Ariel vio la luz y con ello una de las obras más importantes de la escritora pues describe el dolor de una forma nunca antes vista.

En 1982, Plath se convirtió en la primera escritora en ganar un Pulitzer póstumo por la obra The Collected Poems.

Sylvia también fue autora de 3 títulos dirigidos al público infantil: The Bed Book (1976),The It-Doesn’t-Matter-Suit (1996), Collected Children’s Stories (2001) y Mrs. Cherry’s Kitchen (2001).

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