Entre jardines y recorridos caleidoscópicos se encuentra el Nido de Quetzalcóatl, una locación inmejorable en donde la arquitectura se fusiona con la naturaleza y da vida a una impresionante serpiente emplumada. En líneas siguientes te cuento cómo es y cuánto cuesta pasar una noche en este paraíso de arquitectura orgánica.
A tan solo minutos de la Ciudad de México, en Naucalpan de Juárez, se encuentra uno de los airbnbs más surrealistas de México: El Nido de Quetzalcóatl. Está conformado por casas minimalistas rodeadas de túneles, vitrales y mosaicos de colores que emulan una serpiente, y hecho de ferrocemento con un colorido iridiscente que combina tonalidades esmeraldas, doradas, azules y violetas, que le dan ese tono característico.
La serpiente que acapara el espacio es ondulante, se sumerge en la tierra para luego emerger por todo el terreno del lugar. Es justo dentro de ella que se encuentran los espacios, o casas, que sirven para hospedar a los visitantes de todas partes del mundo (¡Dua Lipa incluida!); cada uno con aproximadamente 200 m², bóvedas internas, muros de colores cálidos, crudos y terrosos, y distintos tipos de ventanas ovaladas con vistas extraordinarias hacia los jardines.
Uno de los espectáculos más sorprendentes del alojamiento ocurre dentro de un pasadizo cubierto por una bóveda hecha vitral, cuyos colores primarios iluminan por completo el interior y crean un juego de luces que cualquiera quisiera presenciar.
Por otra parte, un dato muy interesante acerca del Nido de Quetzalcóatl es que varias cuevas del sitio existían desde antes de su construcción, de modo que, fueron adaptadas y reforzadas por arquitectos para que pudiesen servir como parte del complejo. Asimismo, en el interior de dichas cuevas, es posible apreciar algunas piedras preciosas, mismas que también se encontraban ahí desde antes de la edificación.
Por si fuera poco, además de pasadizos y áreas verdes enormes, el Nido de Quetzalcóatl también cuenta con su propio invernadero, en el que la mayoría de cultivos son orgánicos.
¿Cuánto cuesta hospedarse en el Nido de Quetzalcóatl?
Entrar al Nido de Quetzalcóatl es algo que puedes hacer únicamente si te hospedas en el lugar, ya que no es libre al público. Tiene un costo aproximado de $7,150 pesos por noche, sin embargo, el alojamiento establece una estancia mínima de dos noches. Por consiguiente, te vendría saliendo en $14,300 pesos.
Podría sonar un poco costoso, o muy costoso, pero considera que no solo te hospedarás en una habitación, sino en una casa bien equipada –cinco habitaciones, ocho camas, cuatro baños, sala y cocina– y rodeada de paisajes de ensueño. Además, incluye un recorrido guiado por toda la propiedad.
Si deseas reservar, lo puedes hacer dando clic aquí.
Si lo que quieres es pensarlo un poco más, estás en todo tu derecho, solo no te dejes engañar; el único modo oficial de reservar tu estadía en el complejo es a través del sitio web Airbnb.
¿Quién es el dueño del Nido de Quetzalcóatl?
La construcción es obra del arquitecto mexicano Javier Senosiain, quien hizo de ella uno de los principales ejemplos de la denominada arquitectura orgánica. Este tipo de arquitectura, de acuerdo con lo dicho por el pintor y arquitecto Juan O’Gorman, tiene que ver tanto con el contexto geográfico como con el cultural y el identitario. En palabras más simples, la arquitectura orgánica es aquella que se convierte en una extensión del entorno.
Ahora bien… ¿Qué significa la palabra ‘Quetzalcóatl’?
Hasta este punto ya quedó más que claro que el alojamiento lleva por nombre “Nido de Quetzalcóatl”, pero… ¿qué quiere decir esta última palabra? Si te surgió la duda, no te preocupes que ahora te digo.
Quetzalcóatl hace alusión a uno de los dioses de la cultura mesoamericana y su nombre se traduce como “serpiente emplumada” o “serpiente de plumas preciosas”, pues se compone de dos vocablos náhuatl: Quetzali, que se interpreta como “pluma preciosa” ; y Coatl que significa “serpiente”.
Si quieres disfrutar de una de las experiencias más surrealistas y vibrantes en México, aventúrate y visita la construcción de Javier Senosiain. ¡El Nido de Quetzalcóatl te espera!
