Hoy nos toca un recorrido por los castillos más hermosos e impresionantes del mundo. Desde medievales, románticos, palaciegos, fortalezas y mil historias que se cruzan en la geografía de la vieja Europa y en otros puntos del globo. Abren sus puertas y muestran sus secretos sin miedo a ser conquistados, pues son ellos los que conquistan a todo el que los visita.

Neuschwanstein, Bavaria (Alemania)

Se construyó por un capricho del rey Luis II de Baviera (El Rey Loco) en la Edad Media en 1869 y que abrió sus puertas sólo siete semanas después de que el rey muriera en circunstancias desconocidas. Su ubicación en el estado de Bavaria, en Hohenschwangau, es también muy especial, pues está situado sobre el desfiladero de Pöllat. Es uno de los castillos más visitados de Alemania y un punto turístico imprescindible.

Castillo de Himeji (Japón)

Es uno de los más bonitos de Japón. Patrimonio de la Humanidad, se conserva desde la Edad Media, aunque se han hecho varias restauraciones, incluyendo la última que duró cinco años, hasta principios del 2015. Es Tesoro Nacional, uno de los “Tres Famosos Castillos” de Japón junto con el de Matsumoto y Kumamoto. Además, es el más visitado del país y uno de los más impresionantes del mundo, escenario de multitud de películas y series.

Kasbah Ait Benhaddou, valle de Ounila (Marruecos)

Situada a las puertas del desierto de piedra de Marruecos, se levanta al borde de un risco la Kasbah de Ait Benhaddou, un castillo fortificado de arena y adobe que da cobijo a sus habitantes desde hace siglos. Es Patrimonio de la Humanidad desde 1987, y Hollywood, como tantas otras veces, se ha encargado de poner en el mapa esta pequeña maravilla del mundo. Fue escenario de Gladiator, Lawrence de Arabia o La joya del Nilo, entre otras.

Castillo Matsumoto (Japón)

Se encuentra en la ciudad del mismo nombre y es un original edificio de seis plantas, considerado Tesoro Nacional de Japón. También conocido como el Castillo Negro, por el color de sus muros, es uno de los mayores exponentes del arte hirajiro y uno de los más impresionantes del mundo.

Castillo de Frederiksborg, Hillerød (Dinamarca)

Aunque un devastador incendio lo redujo casi a cenizas, hoy se alza orgulloso como símbolo de la gran potencia real que fue Dinamarca. Construido durante el Renacimiento por la estrella de la arquitectura del momento, Hans van Steenwickel el Antiguo.

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