Sabemos que muchos chicos están en entregas o exámenes finales y es por ello que hoy traemos para ti estos consejos que te ayudarán para aplicarte en la escuela y salir victorioso de esas estresantes entregas finales.

Hay personas bastante inteligentes que apenas necesitan estudiar, así como otras para quienes – parece – que estudiar no es lo suyo. Pero lo normal es tener una inteligencia media y los buenos resultados se obtienen con una motivación adecuada que facilite el esfuerzo que supone estudiar.

1. Motivación:

Piensa cuáles son las razones que tienes para estudiar. Cuanto más valiosas, mejor. Sin voluntad de estudiar, no hay nada que hacer… y los motivos que tengas para estudiar son decisivos.

2.- Las técnicas de estudio:

Habrás oído hablar o lo habrán dicho de ti: “este chico no sabe estudiar”. Hay maneras de aprender a hacerlo, muchos libros, páginas web, la ayuda de un profesor, de tus padres. Pero en el fondo, todo es sentido común. A estudiar se aprende estudiando y tú mismo verás cuales son los sistemas que te van mejor. Si quieres aprender algo más, sigue leyendo.

3.- El área de estudio:

Necesitas un lugar de estudio tranquilo, donde todo esté a mano, con una silla cómoda y luz suficiente. Y nada de música, ni TV. No te engañes, con música no se puede estudiar: puedes dibujar, copiar…, pero no memorizar ni concentrarte. No te levantes a cada momento…, persevera sentado al menos 45 minutos. Luego descansa 5-10 ´y… sigue.

Y también un horario. No tiene por qué ser rígido, ha de ser flexible pero lo normal en secundaria es que gastes entre media hora y una hora para hacer las tareas y tres cuartos o una hora para estudiar. Si entre lunes y viernes no has obtenido 10-12 horas de estudio, el fin de semana hay que recuperar. Y algo más en tiempo de exámenes. Deja, si puedes, para el fin de semana las tareas que te lleven más tiempo: Una lámina de dibujo, un trabajo para una asignatura.
Es una pena que pases el tiempo haciendo como que estudias cuando tu cabeza está muy lejos. Deja de soñar despierto. Aprovecha el tiempo y luego, podrás hacer muchas otras actividades.

4.- Los exámenes

Se dice por los profesores que el curso se aprueba en Septiembre. No valen excusas: ya estudiaré cuando llegue el examen es un enorme error. Si estudias cada día cuando llegue el momento del examen sólo tienes que repasar conocimientos ya adquiridos, recordar lo que ya sabes. Si lo dejas todo para el final, acabarás con la cabeza llena de fórmulas, definiciones, fechas, etc… un caos.

Los exámenes son de distintos tipos: hay que preparar cada uno de modo diferente. Auto examinarse da buen resultado.

Duerme bien la noche anterior al examen, ni se te ocurra tomar ninguna pastilla – lo pagarás muy caro -. Así evitarás el nerviosismo y el cansancio. Tampoco es bueno hacer comentarios con los compañeros momentos antes de empezar el examen: sólo conseguirás convencerte de que no lo llevas bien preparado y te pondrás más nervioso aún.

Lee detenidamente las preguntas antes de lanzarte a responder, incluso hazte un pequeño esquema siquiera mentalmente. Si te es posible, responde primero las preguntas más fáciles y deja para el final las que no te sabes bien. Esto es especialmente importante en problemas de matemáticas, física, traducciones… Muchas veces gastas todo el tiempo de que dispones en hacer un problema y dejas el resto en blanco.

Comprueba los resultados, las unidades, la ortografía. No te precipites en entregar: usa todo el tiempo de que dispongas.

5.- Para estudiantes de ciencias: los problemas.

Aunque es difícil dar una regla común, en matemáticas, Física, química muchas pruebas incluyen problemas: a partir de unos datos tienes que hallar otros, mediante una fórmula o varias.

En primer lugar has de elegir la fórmula adecuada, luego sustituyes las variables por los valores que te den ( ¡ Las unidades!) y te quedarán una o varias incógnitas para despejar. Hazlo con sumo cuidado y repasa los cálculos: es muy probable que te pidan los resultados exactos, y no bastará con que la solución esté bien planteada.