“Tres personas es el resultado de jugar con los espejos a encontrar a la tercera persona. Ésta no es evidente en primera instancia, surge como resultado de todo lo que uno o más sujetos son capaces de generar dentro de su imaginario, sumado a todo lo que les rodea”.

Hace unos días nos encontramos con nuestra amiga Vale para platicar acerca de un photoshot que realizó con otras amigas: Vero Mena y Lorena Ortiz. La sesión nos pareció bastante interesante y al preguntarle acerca de qué fue lo que le inspiró, descubriomos un concepto bastante filosófico.

En palabras de Lacan, se crea una relación entre el yo y el Otro, es decir entre el sujeto y sus imágenes. En ocasiones, estos fantasmas, al igual que las personas que los crean, llegan a relacionarse y crear nuevas versiones de sí mismos. A pesar de que estos reflejos sean ajenos a quien los produce, ocurren como suma de lo propio y la otredad.
Existen al mismo tiempo y, al igual que las sombras, se vuelven ilusión, incluso para quien las crea. Dentro del concepto de “fantasma fundamental” se incluyen diversas permutaciones de éste: tanto las fantasías particulares de un individuo, ya sean sus deseos, sueños o ideales concretos y reconocibles, como los pensamientos intrusos, bosquejos de ideas, pensamientos incompletos o instantáneos.
El fantasma fundamental es el origen y a la vez funciona como unificador de esta relación básica entre el sujeto con el Otro. La intuición como fantasma es negada por la mente racional y, sin embargo, también es capaz de generar movimiento o transformación. Es algo que ocurre como respuesta ante lo que ya existe, pero que también existe por sí mismo. Esta superposición de realidades es la que otorga la posibilidad de elegir una o varias alternativas ante lo dado. Tres personas me ha permitido acomodar en diversas formas lo que para mí es y ha sido siempre un impulsor hacia las decisiones más acertadas: la intuición.

Fotografía: Valentina Álvarez Borges

Modelos: Verónica Mena y Lorena Ortiz