Carlos Velázquez actualmente es director fotográfico de la agencia New Icon Mérida, pero su primera editorial de moda la publicó apenas el año pasado en Plan B; su talento y creatividad lo han llevado a mostrar sus fotos en distintos sitios como México, Guanajuato, Nueva York, Gran Bretaña y Australia.

Nos reunimos con Carlos para que nos platique un poco de lo que hay detrás de las fotografías que realiza para sus distintos proyectos. Al ver sus fotos, uno puede pensar que lleva años de experiencia tras la lente, pero en realidad apenas lleva un año como fotógrafo. “Nunca he tomado clases de fotografía, empecé porque me invitaron a una sesión de moda, vi cómo se hacían las cosas y me gustó mucho, así que decidí pedir prestada una cámara e intentarlo”.

“Me gusta ser versátil en mi trabajo. Me considero una persona agradable y profesional a la hora de trabajar. Mi aspiración a futuro es ser de los fotógrafos más reconocidos, sin olvidar de dónde salí, ni cómo crecí y recordar siempre a mi equipo, que gracias a ellos crecí y sigo creciendo día con día; en especial a Alonso Soler, por enseñarme a usar mi primer cámara y gracias a su orientación soy la persona que soy hoy”, confesó.

Una de sus primeras sesiones fue de reinas y la realizó porque le gustaba mucho Dolce & Gabbana y quería emular ese estilo, aunque se inspiró en el rechazo familiar y la discriminación. “Todas mis sesiones están inspiradas en la discriminación porque siento que tiene que ver con mi vida. Yo siempre me he sentido así y lo he querido sacar. Es por eso que me gusta tomar fotografías y explorar estilos aunque el concepto siempre sea el mismo”.

Lo difícil llegó en su siguiente editorial titulada “Corpus de Sangre”, pues Carlos “no tenía ni idea de cómo editar”. “Me metí a Youtube y empecé a ver cómo hacerlo, cómo quitar los granitos, licuar a la gente y otras cosas”. Esa sesión inició a las 7 de la mañana y terminó hasta las 8 de la noche. Para la edición, tardó aproximadamente dos horas en cada imagen.

Sus siguientes trabajos se inspiraron en África y aunque logró muy buenas fotos, el trabajo fue muy arduo. “Para la primera de África todos estaban de malas y me dijeron que las fotos estaban horribles; yo estaba tan enojado y le dije a la modelo que al día siguiente repetiríamos la sesión”. Ese enojo lo llevo a organizar un photoshoot durante tres meses, en los que se encargó de armar cada uno de los accesorios en conjunto con su equipo. “Tardamos muchísimo tiempo, un día antes me cancelaron tres modelos y el mero día me canceló el maquillista; me estresé demasiado. Tardé alrededor de ocho horas para editar cada foto y un mes en terminarlas”. A la semana, Carlos realiza de 3 a 4 sesiones de moda y cada mes prepara una muy producida para ir sorprendiendo a sus seguidores. A la par, estudia la carrera de gastronomía y se graduará el próximo semestre.

Sobre los modelos que trabajan con él, explicó que hay diferentes tipos de belleza, “la rara y los modelos clásicos”. “Yo soy más raro, entonces me identifico con ellos. Hay gente a la que le hacen el feo y en realidad son los mejores a la hora de las fotografías. Siempre lo he dicho, una cara bonita se ve bien, pero una cara rara siempre es mejor, ese es mi estilo”. “Quisiera hacer un agradecimiento especial a Adrián Pavia y Ary Marrufo por dejarme ser parte de sus vidas, ayudarme en producciones, estilismos y sobre todo por tener una amistad de hermanos y dejarme ser parte de un nuevo equipo”, añadió.

A raíz de la primera editorial que publicó en Plan B, Carlos asegura que muchísima gente lo comenzó a seguir en las redes sociales. “Nunca había publicado en otro lado y para mí fue lo mejor; todo mundo hablaba de esa editorial, muchos de mis amigos la compraron y me mandaban fotos. Yo siempre les mando el link para que la puedan ver y la verdad es que gracias a Plan B mis seguidores han ido en aumento. Nunca he salido en otra revista local, siento que estoy muy conectado a Plan B y son los únicos que manejan el estilo fotográfico que me gusta”.

“Me siento muy bien, aún no me creo muchas cosas. Yo antes pensaba que nunca iba a publicar en ninguna revista y gracias a Plan B me animé a hacer mejores trabajos. Me pidieron editoriales para Nueva York, Gran Bretaña y Australia, pero todo fue con un inicio en Plan B”.