El pan de muerto es resultado de una mezcla de tradiciones españolas, prehispánicas y católicas que se dio durante la Colonia; realizarle ‘ofrendas’ a la muerte con pan de trigo se sigue practicando, aunado a la labor de la iglesia y el pan de la eucaristía. Pero fue hasta la llegada de la industria panificadora en México en el siglo XVIII que el pan de muerto tomó la forma que conocemos hoy en día.

pan de muerto

¿Dónde se origina el pan de muerto?

La historia del pan de muerto tiene origen desde la época precolombina, en donde los aztecas, para dar una ofrenda a sus dioses, arrancaban el corazón de una doncella, para después meterlo en una vasija llena de amaranto, y que de esta forma el oficial de la ceremonia comiera una parte del corazón.

Además, con la sangre derramada se hacía un pan usando el amaranto molido y tostado.

Este era uno de los sacrificios más significativos para los aztecas, quienes se destacaban por sus característicos rituales.

Durante la conquista, el peculiar postre fue transformado a una receta más parecida a la que se usa actualmente: conformada por harina de trigo en forma de corazón y con un espolvoreado de azúcar tintada de color rojo.

Con el paso del tiempo, este alimento sagrado fue evolucionando hasta adquirir un toque más comercial. Ahora se prepara con un pan hecho a base de harina, azúcar, mantequilla, agua de azahar, levadura fresca, ralladura de naranja, leche entera y una cucharada de sal.

El pan de muerto contiene un significado muy espiritual. Su forma circular simboliza el ciclo de la vida y la muerte; las cuatro canelillas hacen alusión a los huesos de los difuntos; además, goza con una fama mundial gracias a lo delicioso que sabe.

pan de muerto

Tipos de pan de muerto

A lo largo y ancho de todo México, los estados dan su toque personal a este delicioso postre, esto dependiendo de los ingredientes de tradición de su región. Por ejemplo, los hay solo barnizados con huevo y mantequilla, o el tradicional con azúcar, ralladura de naranja y un toque de azahar, el cual se dice, evoca al recuerdo de los difuntos.

Si deseas conocer más a detalle cómo preparan el pan de muerto en diversos estados, da clic aquí.

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Receta clásica de pan de muerto

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Ingredientes

  • 60 ml de agua tibia (¼  taza)
  • 12 gr de levadura (1 cucharada)
  • 1 pizca de azúcar para fermentar la levadura
  • 650 gr de harina de trigo todo uso (5 tazas)
  • 4 huevos a temperatura ambiente
  • 200 gr de leche condensada (2/3 taza o ½ lata)
  • 5 gr de sal (1 cucharadita)
  • 5 ml de vainilla mexicana (1 cucharadita)
  • 12 gr de ralladura de naranja (2 cucharadas). Opcional*
  • 150 gr de azúcar blanco (¾ taza) y algo extra para espolvorear
  • 200 gr de mantequilla (1 taza menos 1 cucharada) a temperatura ambiente

Para barnizar:

Opción 1. Antes de hornear.

  • 1 huevo ligeramente batido
  • Azúcar al gusto

Opción 2. Después de hornear.

  • ¼ taza de azúcar
  • 2 cucharadas de agua
  • ½ limón
  • Azúcar al gusto

Opción 3. Después de hornear.

  • 2-4 cucharadas de mantequilla derretida tibia
  • Azúcar al gusto

Elaboración

  1. Disuelve la levadura junto con la pizca de azúcar en el agua tibia y deja reposar 5 minutos o hasta que fermente.
  2. En la batidora, con el aditamento de gancho, coloca la harina, los huevos, la leche condensada, la sal, la vainilla, ralladura de naranja (si deseas ponerle) y la levadura y comienza a batir a velocidad baja hasta que la mezcla vaya tomando cuerpo. Si lo haces a mano, simplemente haz una fuente con la harina y agrega ahí el resto de los ingredientes poco a poco y comienza a mezclar.
  1. Poco a poco y sin dejar de batir, añade la mantequilla en trozos pequeños alternando con el azúcar. Bate la mezcla de 10 a 15 minutos, hasta que la mantequilla se haya incorporado completamente. La masa queda con un aspecto pegajoso, pero si juntas la masa en una bola debe mantener su forma sin desparramarse hacia los lados.
  2. Engrasa un tazón grande y deja reposar ahí la masa, cubierta con plástico o tela, de 3 a 4 horas o hasta que doble su tamaño.
  3. Ya que la masa haya doblado su tamaño, amasa ligeramente y divide la masa en 5 partes iguales. Puedes ayudarte de una báscula para ser más preciso.
  4. Separa una quinta parte y endurécela un poco añadiendo más harina y reserva.
  5. Con las otras 4 partes, forma las bolas para pan bien compactas y colócalas en charolas previamente engrasadas (o cubiertas con papel o tapetes para hornear), déjalas reposar por 30 minutos más. Notarás que se expanden un poco y pierden su tersura.
  6. Mientras, dejas reposar las bolas, con la quinta parte de masa que reservaste, ve formando los “huesitos” y bolitas que irán en cada pan. Déjalas reposar por unos 10 o 15 minutos.
  7. Ya que las bolas de masa y los huesitos hayan reposado lo suficiente, barniza los panes con un poco de agua para que sirva como pegamento y forma los panes colocando los huesitos y bolitas sobre cada bola de masa. Deja reposar por 2 horas más o hasta que dupliquen nuevamente su tamaño.
  8. Barniza los panes con el huevo batido usando una pequeña brocha y espolvorea con azúcar al gusto. Esto sólo si deseas usar el método 1 de barnizado, de lo contrario, mételos al horno.
  9. Hornea a 180° C (350° F) por 18-20 minutos y sácalos hasta que se vean dorados en la superficie.

Barnizado

Opción 2

  1. Hierve el agua con el azúcar. Cuando hierva, retira del fuego y añade el jugo de limón, deja enfriar y reserva para cuando estén listos los panes.
  2. Cuando salgan los panes, déjalos enfriar por unos 10 minutos y después, usando una pequeña brocha, barnízalos con el jarabe  y espolvorea con azúcar al gusto.

Opción 3

  1. Cuando salgan los panes, déjalos enfriar por unos 10 minutos y después, usando una pequeña brocha, barnízalos con la mantequilla derretida y espolvorea con azúcar al gusto
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