Matilde Landeta fue conocida por sus representaciones realistas de protagonistas femeninas y también fue una de las primeras mujeres en trabajar como directora y guionista en la Época de Oro del Cine Mexicano.
Matilde Landeta nació en Ciudad de México un 20 de septiembre de 1913, aunque creció con su abuela en San Luis Potosí. Su hermano, que luego se convirtió en actor, la introdujo al mundo del cine a una edad temprana.

Matilde Landeta: los inicios de una carrera exitosa
Matilde soñó siempre con ser directora de cine, pero la industria cinematográfica mexicana desconocía el talento femenino en aquel momento. Fue recién en 1933 que consiguió su puesto como supervisora de guiones.
Debutó como directora con Lola Casanova (1948), filme que la obligó a hipotecar su casa para crear la productora TACMA S.A. de C.V. pues los financiamientos, por ser mujer, le fueron negados. Gracias al éxito de la película, Landeta se ganó la oportunidad de dirigir su propia adaptación cinematográfica de La negra Angustias (1949), basada en la novela de Francisco Rojas González y Trotacalles (1951).

En 1957, el argumento de la película El camino de la vida (1956), original de Matilde, dirigida por Alfonso Corona Blake, ganó el premio Ariel. Pese a los múltiples intentos de boicot en su contra, Matilde Landeta consiguió abrirse paso en el intrincado mundo de la cinematografía nacional y logró consolidarse como directora.
Escribió y dirigió más de 100 guiones para documentales en Estados Unidos; impartió clases de cine en el Instituto Cinematográfico, además de Historia del cine en la Academia Andrés Soler. Con el fin de promover el cine mexicano fundó la Sala Tlalpan, en esa misma demarcación.
En 1988 recibió un diploma por ser una de las pioneras del cine latinoamericano hecho por mujeres en el VIII Festival de Nuevo Cine Latinoamericano, en La Habana, Cuba. Además del homenaje por parte del Sindicato de Productores de la Producción Cinematográfica (STPC) por sus 56 años en la industria y sus 40 años como guionista y directora; y el reconocimiento a su trayectoria por parte del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), en 1992.

En 1991 dirigió Nocturno a Rosario, filme que marcaría el final de su carrera como directora, después de más de 30 años sin dirigir; aun con los reconocimientos que recibió a lo largo de dos décadas, para producir esta película tuvo que vender sus anteriores películas y recibir apoyo del IMCINE.
Landeta fue una pionera que ayudó a poner a las mujeres delante y detrás de las cámaras cinematográficas mexicanas. En 2004, la Asociación Cultural Matilde Landeta comenzó a otorgar becas anuales a guionistas. Su trabajo y ambición continúan inspirando a directores de todo el mundo.
