María Félix es uno de los personajes mexicanos del siglo XX que más renombre y fama tiene en México y el mundo entero. Su éxito no sólo se debió a su evidente belleza, sino también a su inteligencia y gran carácter para manejarse entre los círculos mediáticos e intelectuales más importantes de su época. En este artículo te contamos más sobre la vida de “La Doña”.
Antes de comenzar, ¿Ya te enteraste que las joyas de María Félix llegan al Museo Jumex con una exposición de Cartier del 15 de marzo al 14 de mayo de 2023? No dejes perder esta gran oportunidad. Y si cuando lees esta nota ya ha pasado este suceso, no te preocupes, ¡Te compartimos algunas fotos del armario de María Félix nunca antes vistas!
Breve historia sobre la vida de María Félix
María de los Ángeles Félix Guereña nació en el estado de Sonora, México. En su autobiografía, la actriz confiesa haberse llevado mal con sus hermanas y albergar sentimientos románticos hacia su hermano Pablo. Para evitar una reacción violenta de su padre, quien fue conocido por ser inflexible y autoritario, Pablo fue enviado a una escuela militar, donde murió bajo circunstancias misteriosas. Esa pérdida marcaría a La Doña para siempre.
Desesperada por escapar de la tiranía familiar, María se casó a los 17 con un vendedor de cosméticos. El matrimonio no fue duradero debido a la actitud violenta y celosa de su primer esposo, pero María tuvo con éste a su único hijo, el actor Enrique Álvarez Félix.
Después del divorcio, María se traslada a la Ciudad de México, donde se convertiría en la gran estrella de cine de la Época de Oro del cine mexicano.
En 1942 debutó junto a su futuro esposo Jorge Negrete en El peñón de las ánimas. Al año siguiente encarnó a Doña Bárbara después de que el novelista venezolano Rómulo Gallegos, al verla, exclamara que había encontrado a su heroína literaria en una mujer de carne y hueso. Gracias a la tercera película de su filmografía, adquirió su apodo de “La Doña”.
El inicio de su carrera coincidió con el apogeo histórico del cine en México, una era dorada como no ha conocido ningún otro país latinoamericano y que suele situarse desde mediados de la década de los 30 hasta finales de los 60. Sus éxitos fueron aclamados tanto en Estados Unidos como Europa. Y de hecho, Hollywood buscó a la Félix, pero ella prefirió consagrarse en el cine que le dio sus raíces.
Enamorada, una adaptación cinematográfica de La fierecilla domada de Shakespeare, le consigue a María su primer premio Ariel como mejor actriz en 1946. El premio Ariel, creado ese mismo año, es el máximo galardón otorgado por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas al cine mexicano. Esta misma actuación también le valió ser nominada para la Palma de Oro en Cannes en 1947.
Su inteligencia y talento la atrajeron hacia el legendario compositor poeta Agustín Lara, inspirando joyas del cancionero popular como Aquel amor, Noche de ronda y la famosa María Bonita. Junto a Lara, María pasó a formar parte del epicentro cultural de México en los años 40.
En una entrevista realizada durante los últimos años de su vida, “La Doña” confesó que nunca le faltó dinero, ni tampoco ser amada, porque siempre se aseguró de ser más amada de lo que ella entregaba a los hombres, pero aseguró que sí les tenía envidia a las personas con un intelecto formidable.
Fue festejada y homenajeada hasta el hartazgo durante sus últimos años. Sin embargo, tuvo la desgracia de sufrir la muerte de su único hijo en 1996, uno de los momentos más tristes de su vida, la cual marcó el resto de sus años de vida
El 8 de abril del 2002, el mismo día de su cumpleaños, María Félix falleció a los 88 años de edad.
Alguna vez el poeta y ensayista, Premio Nobel de Literatura, 1990, Octavio Paz, dijo acerca de la personalidad de María Félix:
“Hay una diferencia entre los mitos de ayer y los de hoy; la ninfa se convierte en constelación por voluntad de Zeus mientras que la María Félix que todos conocemos es el resultado de lo que hizo con ella misma, con su cuerpo y con su cara, con su alma y con su vida, una muchacha de la clase media mexicana. Todos sabemos que María pertenece a la raza de las divas y los ídolos. Subrayo que esa raza es un estirpe no de la sangre sino del talento o, más exactamente, el genio. Uso esta palabra en su primer sentido, que denota el carácter de cada uno, ese conjunto de disposiciones y tendencias innatas que forman el núcleo de lo que somos. Genio y gen viene de engendrar. Sólo que no basta el genio: hace falta la voluntad y la imaginación. Cada hombre, al nacer es una promesa de ser; para cumplirla cada uno debe, en mayor o menor grado, hacerse a sí mismo. Tarea que exige imaginación y voluntad; la primera nos muestra la imagen de lo que podríamos ser, la segunda nos da la posibilidad de realizar aquello que imaginamos. María Félix nació dos veces: sus padres la engendraron y ella, después se inventó a sí misma.”
Los esposos de María Félix, la mujer de la que todos buscaban su amor
- Enrique Álvarez Alatorre (1931-1938). Su primer esposo y con el único con quien tuvo un hijo, Enrique Álvarez Félix.
- Agustín Lara (1945-1948). Su segundo esposo escribió una de las canciones más bellas de su época en honor a “La Doña”. Esa canción es “María Bonita”.
- Jorge Negrete (1952-1953). María y Jorge Negrete tuvieron una historia algo turbulenta en un principio, pero años después ambos quedaron prendados el uno del otro. Lamentablemente, Jorge Negrete falleció poco más de un año después de su casamiento. Te preguntarás de qué murió Jorge Negrete, bueno, falleció a causa de una enfermedad crónica originada por una Hepatitis C contraída en su juventud.
- Alex Berger (1956-1974). Su último esposo, un banquero francés que le regaló el Metro de la CDMX a María Félix. Así como escuchaste, entérate de más dando clic aquí.
Principal filmografía de “La Doña”
María Félix nos dejó 47 películas y un legado artístico que por siempre serán parte importante de la cultura cinematográfica mexicana. En esta ocasión queremos compartirte la sinopsis de 9 de ellas, algunas de las más representativas de su carrera.
El peñón de las ánimas (1942)
El peñón de las ánimas fue la primera de todas las películas de María Félix. En esta producción conoció a quien sería su futuro esposo, Jorge Negrete.
Doña Bárbara (1943)
Basada en la novela del escritor venezolano Rómulo Gallegos y dirigida por Fernando de Fuentes, Doña Bárbara cuenta la historia de venganza de una mujer que fue abusada sexualmente cuando era joven.
Con el paso de los años, doña Bárbara dirige su rancho de forma autoritaria, al mismo tiempo que trata de obtener justicia a través de cualquier medio.
Esta película fue la que sentaría las bases para que María Félix recibiera su apodo de “La Doña” y su fama como mujer con un fuerte carácter.
Enamorada (1946)
Enamorada marcó el encuentro de María Félix con Pedro Armendáriz. Estos dos son clasificados como una de las mejores duplas de la pantalla grande. Su colaboración les conseguiría fama internacional y además le otorgaría a Félix su primer Ariel por la Mejor actuación femenina de ese año.
La diosa arrodillada (1947)
Continuando con los romances trágicos característicos de la década de 1940, La diosa arrodillada cuenta la historia de Antonio (Arturo de Córdova), quien le regala a su esposa Elena (Rosario Granados) la estatua de una mujer desnuda. Lo importante aquí es que Elena no sabe que esa estatua representa la figura de Raquel (Félix), la amante de Antonio, quien eventualmente terminará por destruir su relación.
Río Escondido (1947)
El presidente de México manda a Rosaura (Félix), una joven maestra, a una escuela de una comunidad de Coahuila llamada Río Escondido. Sin embargo, Rosaura se tiene que enfrentar al regente del pueblo, don Regino (Carlos López Moctezuma), quien además de hacerle la vida muy complicada, se enamora de su belleza e inocencia.
Río Escondido y su director, Emilio Fernández, lograron convertir la ruda personalidad de La Doña en un personaje inocente y humilde, características que antes eran impensables relacionar con María Félix.
Maclovia (1948)
En Janitzio, cerca de Pátzcuaro, Michoacán, Maclovia (Félix) y José María (Pedro Armendáriz) son dos jóvenes profundamente enamorados entre sí. No obstante, su amor tiene que enfrentar los desenfrenados deseos del sargento Genovevo de la Garza (Carlos López Moctezuma), quien pretende ganarse a Maclovia a toda costa.
Doña Diabla (1950)
Dirigida por Tito Davison, Doña Diabla cuenta la historia de Ángela, una mujer que odia a los hombres y que se dedica a usarlos después de una decepción amorosa.
Ángela prueba un poco de su propia medicina cuando llega Adrián (Víctor Junco) a la vida de su hija Angélica (Perla Aguilar), quien a su vez desobedece a su madre y se involucra con el oportunista de Adrián a sus espaldas, acarreando fatales consecuencias para todos los involucrados.
Tizoc (1957)
Tizoc es clasificada por muchos como la mejor película de la Época de Oro del cine mexicano, pues no solo reunió a Pedro Infante y María Félix, dos grandes personalidades de la actuación en toda la historia, sino que también le otorgó a su director Ismael Rodríguez un Globo de Oro en 1958 en la categoría de Mejor Película Extranjera.
La Cucaracha (1959)
El mayor logro de este filme es el de juntar a dos de las grandes actrices de la historia de México en una misma película. Así es, en La Cucaracha, María Félix y Dolores del Río comparten cámara a toda costa.
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