Seguramente has escuchado hablar de Drácula, aquel antiguo conde, vampiro por destino, que bebía la sangre de todo aquel inocente que se le interpusiera en su camino. Es común ver disfraces de él durante Halloween, o ver anunciada una nueva adaptación en cines de esta leyenda que no deja de fascinar nuestra imaginación. Conoce de dónde viene esta inmortal historia.

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Vlad III, también conocido como Vlad Tepes o Vlad Drácula, nació en 1431, en Transilvania, en la actual Rumania. Fue príncipe de Valaquia, un estado vasallo del Imperio otomano, y es considerado uno de los más importantes gobernantes de su nación.

Situadas entre la Europa cristiana y el Imperio otomano musulmán, Valaquia y Transilvania fueron el escenario de crueles batallas entre cruzados y musulmanes. De hecho, Vlad fue mantenido cautivo por el emperador otomano para obligar a su padre a que se sometiera al poder del Imperio.

En 1447, tras una invasión húngara, su padre y su hermano mayor fueron capturados y asesinados. Vlad III era uno de los candidatos al trono, pero Vladislao II, primo de Vlad, fue impuesto como gobernante gracias a la influencia de los húngaros.

Vlad III creía que el trono le pertenecía por derecho. En 1448, invadió Valaquia con la ayuda de los otomanos. Sin embargo, su primo volvió a vencerlo y se vio obligado a exiliarse.

En 1456, Vlad III tuvo la oportunidad de vengarse: invadió nuevamente Valaquia, esta vez con ayuda de los húngaros, y dio muerte a su primo. Algunas crónicas indican que él mismo decapitó a Vladislao II tras derrotarlo en un combate cuerpo a cuerpo.

Una vez en el poder, Vlad III fue brutal e implacable con sus oponentes políticos y con los nobles que traicionaron a su padre. Recibió el apodo de “Empalador” porque clavaba vivos a sus enemigos en estacas, a la vista de todo mundo para demostrar su poder y su inclemencia.

Con el paso de los siglos, la cruel reputación de Vlad fue creciendo hasta convertirse en una fuente de historias populares. De hecho, el conde Drácula, el vampiro creado por Bram Stoker en 1897, está basado en él.

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Adaptaciones audiovisuales de Drácula

Nosferatu, el vampiro (1922)

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En el ámbito cinematográfico, la primera película basada en la novela de Bram Stoker fue Nosferatu, el vampiro, con el actor Max Schreck en el papel del vampiro. Sin embargo, al no disponer de los derechos de la obra de Stoker, su director F. W. Murnau tuvo que modificar los nombres de sus protagonistas, cambiando el nombre de Drácula (así como su aspecto) por el de conde Orlok (alias el vampiro Nosferatu) y el de Van Helsing por el de profesor Bulwer, ubicándose la trama en Wisbog en lugar de en Londres.

A pesar de estos cambios, Florence Balcombe, la viuda de Bram Stoker, no dudó en interponer una demanda a Prana Film, productora de la película, por apropiación indebida, obligando a destruir todas las copias de Nosferatu. Aunque Balcombe ganó el pleito, una de las copias ya estaba en distribución, convirtiéndose con el paso de los años en toda una película de culto.

Drácula (1958)

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En 1958 llegó por primera vez en color Drácula, con Christopher Lee interpretando al mítico vampiro y Peter Cushing en el papel de Van Helsing. Mucho más fiel a la novela de Bram Stoker, esta versión de Drácula es especialmente explícita tanto en violencia como en erotismo, llegando a censurarse en algunos países.

La película de Terence Fisher es especialmente recordada por los fans del género por la brillante interpretación que realizó Christopher Lee como el conde Drácula, siendo una de las mejores de toda la historia del cine, si no la que más.

Drácula de Bram Stoker (1992)

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Sin duda otra película de Drácula que se encuentra entre las mejores adaptaciones cinematográficas es Drácula de Bram Stoker, película dirigida por Francis Ford Coppola que contó con Gary Oldman en el papel del icónico vampiro, Anthony Hopkins como Van Helsing, Keanu Reeves como Jonathan Harker y Winona Ryder como Mina Murray.

Ganadora de tres Premios Oscar, Drácula de Bram Stoker es una película que, si bien Francis Ford Coppola se tomó ciertas libertades creativas, en su conjunto es una muy buena adaptación de la novela de Bram Stoker y toda una cinta de culto que dejó el listón bastante alto, no solo en cuanto a adaptaciones de Drácula, sino al cine de vampiros en general.

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