A comienzos de la década de los ochenta aparecía dentro de la industria de la moda el nombre Moschino. Pero, en sus comienzos, ¿era como es actualmente?
Franco Moschino, diseñador y creador de la marca italiana, tenía una visión clara de lo que la firma ofrecería en su momento: prendas económicas, útiles y prácticas, dotadas de un aire de desenfado e ironía.
Desde 2013 y bajo el mando directivo de Jeremy Scott, la firma tomó un rumbo un tanto diferente que aún hoy mantiene, el cual podría ser atribuido, en el mejor de los casos, a los cambios generacionales, ¿por qué no? Y en el peor, a una transformación completa del concepto.
Pero ese no es el punto, lo verdaderamente interesante, o mejor dicho intrigante, es cómo el diseñador estadounidense logró darle un segundo aire a Moschino y convertirse, dicho sea de paso, en el rey absoluto de la irreverencia (si de moda hablamos).
Rebobina… ¿Por qué el “rey absoluto de la irreverencia”? ¿Por qué “rey”, primero que nada? ¿Y es ”absoluto” un término aceptable? Una respuesta sencilla para todo: si no has visto ninguna de las colecciones pasadas o presentes de la casa de moda italiana, tu duda resulta ser un escepticismo saludable y bastante comprensible. Por lo contrario, si ya lo has hecho, tú sabes de qué estamos hablando.
Pero… ¿qué hace de Moschino una marca diferente?
Jeremy Scott lo ha dicho una y otra vez: “No sé cómo no ser extravagante”; y lo curioso es que no solo se nota (¡y vaya que se nota!), sino que funciona. Las colecciones de Moschino realmente plantean en tu cabeza la pregunta “¿será una broma?” y ése, precisamente, es parte de su gran éxito.
Todo es válido en el universo Moschino. Los límites no existen: Se deshace de los esquemas y crea una versión única y muy suya de la moda.
¿Reglas de temporada? ¿Colores neutros? ¿Prendas sosas? ¡Hasta nunca! Para la industria de la moda, la esencia detrás de la marca italiana ha sido por mucho tiempo la irreverencia, con estampados llamativos, inspiración en la cultura pop y un splash desmedido de color que lo reafirma.
Sin embargo, el camino que ha emprendido Jeremy Scott en la moda no hace más que demostrar cómo la originalidad es uno de los principales activos con los que cuenta el ser humano. Ir en contra de las normas, de lo convencional y del statu quo de la industria, con tal de seguir su visión particular, ha sido la clave para hacerse notar. Entonces, ¿es realmente la irreverencia la fórmula detrás del éxito de Moschino o es, más bien, la autenticidad inquebrantable tanto de su fundador como de su director creativo actual?
