Ir al prestigioso Festival de Cannes es un sueño para todo cineasta que en muchas ocasiones tarda en llegar, pero ese no fue el caso del joven yucateco Mario Galván Reyes, quien en la pasada edición de los premios asistió para proyectar el cortometraje “Diente de leche”.

Mario define la experiencia como algo “grandioso, espectacular, fantástico”, pues no fue sólo viajar a otro país sino estar “en el top del cine, en el epicentro de la cinematografía.

Me sentí genial porque estaba rodeado de un público muy heterogéneo, de diferentes nacionalidades que estaban atentos y con la expectativa de ver nuestro corto. Una vez que se terminó de exhibir y nos aplaudieron, fue muy bonito recibir la calidez. Me sentí muy ilusionado”, aseguró el joven.

“Diente de leche” es un cortometraje muy personal protagonizado por Mariate Arrigunaga López y Gael Romero, que cuenta la historia de un amor no correspondido entre un niño y su maestra de primaria, donde se abordan temas muy populares como la educación básica en México, el bullying, la amistad y el pensamiento mágico de los niños respecto a lo que sucede cuándo se les cae un diente.

Ganó el segundo lugar del jurado en el concurso de cortometrajes realizado por el Festival de cine internacional de Mérida y Yucatán (Ficmy) 2016 y el premio del público, participando en la plataforma Short Film Race y luego siendo seleccionado para proyectarse en el Short Film Corner, un espacio en Cannes para exhibir cortometrajes internacionales.

“Desde que nos enteramos de nuestra selección, nos pusimos a trabajar para recaudar fondos, sobre todo con el trabajo de la productora Rosy Pérez y la buena voluntad de algunos empresarios, familiares y otras instituciones que nos apoyaron para llegar a Cannes. Trabajamos en conjunto con el Ficmy para aprovechar todo el potencial del festival.

Cannes siempre había sido una ilusión un poco distante, por las circunstancias en las que trabajamos el cine en Yucatán y la verdad no imaginé llegar tan pronto, pero para que veas qué tan sorprendente es el mundo, se dieron todas las circunstancias y el universo conspiró para que lleguemos con un plan estratégico de trabajo, un cortometraje bueno y rodeado de buenas compañías que nos facilitaron mucha información para vivir completamente la experiencia del festival”.

Trabajo intenso

Fueron 12 días fuera de Mérida y siete días en Cannes con un trabajo arduo, pues desde la mañana asistía con su equipo de producción al March du film (Mercado de filmes), donde estaban establecidos stands con distribuidores y agentes de ventas de todo el mundo. Al medio día asistían a la zona del Short Film Corner para promocionar su trabajo, conocer a otros directores y agendar citas con plataformas online que se encargan de comprar cortometrajes. Hasta la noche acudían a las galas, alfombras rojas y premieres de las películas en competencia oficial.

“Había que hacer filas de una hora para poder ingresar al Teatro Lummiere, el más importante en Cannes y donde suceden todas las premieres”. Era una espera que valía la pena pues al final podían ver la película con la presencia de los actores y directores.

Tras Cannes, se está trazando una ruta de festivales para el cortometraje. Ya tienen ofertas para exhibirlo en el Festival de Túnez, Dubái y Chile. Pero también procurarán inscribirlo en festivales nacionales como Guanajuato, Morelia y Guadalajara.

Lo que sigue para Mario en su convicción de hacer cine de calidad es enfocarse en su ópera prima “Mestiza Power”, con la que ya obtuvo un premio de el Ficmy como “Mejor proyecto en desarrollo”, garantizando la postproducción del filme.

Ahora que ya terminó el guión, necesita conseguir el financiamiento para filmarla entre febrero y junio de 2017, por lo que seguro seguirán escuchando de Mario Galván, el yucateco que cumple el sueño de llegar a los lugares que todo cineasta imagina.