Durante su desfile, Vero Díaz nos presentó propuestas bastante “ad hoc” con el clima de Yucatán y es que en nuestro medio, los vestidos extremadamente arropados y con tejidos gruesos y calurosos son bastante inutilizables, ya que aunque las temperaturas descienden durante el invierno, no suele ser necesario llevar ropa tan calurosa.

Los vestidos que pudimos observar son bastante frescos y escotados, aunque de repente, las volátiles telas que se desprendían de algunos vestidos podrían ser utilizados a modo de pashminas si de repente se presenta una ventisca característica del inclemente clima local. Los colores presentados eran muy variados, entre los cuales destacaron tonalidades de beige, blanco y verde seco para vestidos de coctel, aunque también se observaron algunos diseños en color fucsia.

En cuanto a los vestidos de gala, el protagonismo lo acaparó el color rojo, aunque también destacaron tonalidades entre el blanco y el beige.

Lo característico de la colección otoño-invierno de Vero Díaz es la fuerte presencia de tejidos vaporosos, haciendo juego con telas rígidas, pero frescas; encajes y artesanales bordados hechos a mano, con destellantes detalles de satén y sedas, así como algunos sutiles detalles de pedrería.

Sin lugar a dudas, la diseñadora supo poner un sello yucateco a “Ventisca 2015”, creando prendas sencillas, pero al mismo tiempo vistosas, totalmente usables durante el invierno yucateco que la mayoría de las veces suele ser caluroso.

Andres Rivero