Mayra Hernández Ríos, es la única mexicana y latinoamericana que trabajó en “Loving Vincent” (Cartas de Van Gogh), la primera película pintada a mano con la participación de más de 125 artistas de todo el mundo.

Me pareció interesante saber que de manera constante los mexicanos buscan abrirse brecha en el cine, por lo que contacté a Mayra para entrevistarla y saber un poco más acerca de ella y su colaboración con la película. Ahora en enero, comenzará a trabajar en “Inzomnia”, el primer largometraje de stop motion mexicano dirigido por Luis Tellez y Karla Castañeda, oportunidad que le llegó gracias a que conocieron su trabajo con “Loving Vincent”.

Mayra estudió artes en Londres durante un año y posteriormente estudió la carrera de animación en Escocia, de hecho su proyecto de graduación titulado “Separate lives” fue nominado a los Premios Bafta Scotland en el 2015. Al finalizar sus estudios, volvió a México y comenzó a trabajar en un estudio de animación digital pero se dio cuenta de que eso no era lo que le gustaba. “No estaba resultando tan bien porque lo que hago es animación plástica y artística, y en México lo que se ve más es animación digital; así que decidí empezar como freelance”, explica.

Uno de sus primeros trabajos fue el vídeo musical “Beautiful girl” de la agrupación mexicana Triciclo Circus Band, quienes le dieron toda la libertad de la técnica y en la elección de la canción. La experiencia de animar oleo sobre vidrio fue la que le ayudo en el momento de las pruebas para “Loving Vincent”.

“En marzo empezaron a llamar a artistas internacionales y un amigo me dijo que podría interesarme esa convocatoria; así que mande mi portafolio y dos meses después me llamaron para hacer una prueba de tres días en Polonia; después siguió una prueba más y si la pasabas te quedabas en la producción con los 125 artistas divididos en tres estudios”.

Acerca de su trabajo, explicó que tenían la libertad de llegar al estudio a la hora que quisieran, pero ella iba todos los días de 6 de la mañana a 6 de la tarde. “Cada uno trabajaba en un cubículo para tener más privacidad y estar concentrados. Primero grabaron a los actores con pantalla verde como en 12 días y luego la sustituyeron por cuadros de Van Gogh y nosotros fuimos pintando en óleo cada una de las tomas. La primera pintura era la que más tiempo tomaba, podía ser de un día a una semana y ya luego de ese primer cuadro se raspaba el personaje y se iba repintando con los movimientos; es un trabajo muy repetitivo, laborioso y que requiere de mucha paciencia”. Tan solo para la toma del inicio se requirió el trabajo de tres pintores durante seis meses.

Es gracias a esa ardua labor que se logró un gran resultado, el cual ha recibido nueve premios del público en su recorrido por distintos festivales y recientemente fue nominado a un Premio Bafta en la categoría de “Mejor película animada”; también estuvo nominada en los “Globos de Oro” y fue ganadora en la categoría de “Mejor película animada europea” en los Premios de Cine Europeo.

Aunque fue una experiencia muy desgastante, para Mayra fue muy motivacional el hecho de rendir homenaje a un pintor tan importante como Vincent. “Usualmente los pintores trabajan a solas en un estudio, pero ahora unimos nuestros talentos para alcanzar algo más grandes y ahora ver cómo motiva a más personas y el cálido recibimiento que está teniendo es muy gratificante”.

Uno de los aprendizajes que le dejo fue algo que escuchó del director, quien explicó que Vincent fue el pintor que fue gracias a que tuvo la oportunidad de viajar entre diferentes países, donde vivió, aprendiendo de muchos artistas e inspirado por las distintas culturas. “Actualmente hay varios problemas en cuanto a bordes y límites de fronteras y si todo eso hubiese existido en la época de Vincent su trabajo sería distinto y la película no existiría, por lo que espero que los bordes se abran o continúen abiertos”.

“La primera vez que la vimos tuve un sentimiento que no se puede describir, se me pasó muy rápido y quería verla otra vez. Fue maravilloso estar ahí con mis compañeros y ver nuestro trabajo en la pantalla. A raíz de la película, creo que tengo más fuerza de espíritu, inspirada por la vida de Vincent, por toda la experiencia, los directores y mis compañeros”.

Acercar su estilo al de Van Gogh fue un gran reto pues aunque es muy flexible en su manera de pintar, sus anteriores trabajos habían sido más planos y realistas. “En cambio, Van Gogh utiliza muchísima pintura, tanto que tiene texturas, trabajar así fue muy diferente y sorpresivo para mí, me encantan los colores que usaba, su creatividad e imaginación”.

“Ahora me dedico a hacer más pinturas y tengo sueños más grandes, espero algún día hacer un largometraje propio y también quisiera hacer cosas con personas que no tengan mucha experiencia pero estén interesadas en el arte para ayudarles a quitarse ese miedo”. Su propósito en la vida es ayudar. “Mandar mensajes positivos con mi trabajo y que ayuden a unificar el mundo, brindar mensajes de alegría.