Paulina Muñoz, diseñadora, conductora y sencillamente multifacética, es una persona que decide tomar riesgos y luchar por aquello que quiere. Una fusión de creatividad y trabajo duro es lo que define a esta diseñadora de 24 años.

Paulina Muñoz de Alba Montiel, licenciada en Administración y Diseño de Moda, es la fundadora de la marca mexicana de slow fashion Lina de Alba, cuyo valor agregado recae en la exclusividad. La marca empieza a través de diseños hechos para conocidos, y crece por medio de la recomendación boca a boca, es decir, era algo pequeño que pronto evolucionó para convertirse en algo más serio.

Las prendas de vestir, de alguna forma, se vuelven una extensión de tu persona, una representación de quién eres. Por lo que, la inspiración de la marca, en palabras de su creadora, “está completamente basada en una mujer segura de sí misma e independiente”.

Lina de Alba cuenta con tres colecciones, siendo “Nova Mística” la más reciente y la favorita de la diseñadora, ya que “representa a una mujer mucho más terrenal, mucho más bohemia, y habla mucho de la inspiración que hay en los astros”.

Si bien éxito es un concepto totalmente subjetivo, Paulina define su éxito como la formación de un equipo de trabajo sólido, no viéndolo como tal, sino como una red formada a través de vínculos, como una familia que está ahí para respaldarte y apoyarte. Sus dos éxitos, concretamente, son: “Poder crear un equipo sólido de trabajo y poner a Yucatán como una plataforma de diseño mexicano”, aspectos que, definitivamente, van de la mano.

Pese a que la motivación de una persona es un aspecto cambiante a lo largo de la vida, siempre hay otros permanentes. Para la emprendedora, esa motivación es su mamá, Esther Montiel, a quien describe como su fiel compañera y guerrera: “Yo creo que mi motivación personal siempre se ha enfocado en la mujer que más me ha inspirado a lo largo de mi vida, que es mi mamá”. Mientras, específicamente como diseñadora, su motivación principal es la conexión de sus clientas con su línea, con su ropa, que al usarlas ellas puedan sentirse libres, cómodas y seguras de sí mismas.

La diseñadora no se considera a sí misma una persona sencilla de describir, sino un cúmulo de características entrelazadas que hacen sentido. Es una persona arriesgada que actúa con base en objetivos; sensible a su entorno y que desea y fomenta la apertura del diálogo social, convirtiendo la comunicación en un aspecto fundamental de su vida: “Creo que es a partir de estas conversaciones donde realmente empiezas a crecer o a evolucionar: el saber escuchar opiniones de mis clientas, saber escuchar lo que me están pidiendo, saber escucharme a mí. Contar historias es lo que mueve mi vida y mis diseños”.

Los objetivos a futuro de la creadora están enfocados en continuar su preparación como diseñadora y la expansión de su línea. Por un lado, tiene la posibilidad de seguir sus estudios fuera del país, lo que representa para ella la oportunidad de acrecentar su negocio y, por otro, planea el lanzamiento de su línea en plataformas digitales, acción que le ganaría mayor presencia y alcance con sus consumidoras; sin embargo, procurando que el aspecto de cuidado, exclusividad y trabajo a mano permanezcan intactos.

Paulina Muñoz, siendo una persona completamente multifacética, finaliza aconsejando el no encasillarse, ya que todos los elementos que conforman a uno como ser humano hacen sentido, aunque pueda parecer que no, y tienen un propósito: “Puedes crear tu propio camino y los caminos que quieras. No se pongan barreras”.