Viajar por el mundo es el sueño de la mayoría, pero Estela Murguía decidió convertirlo en una realidad y además ayudar a otras personas a viajar de una manera más fácil. Estela es CEO y fundadora de B-Digital Nomad, un programa que ofrece viajar por 12 países mientras se trabaja en línea; este año inició su viaje en Mérida y platicamos con ella sobre sus experiencias de viajera.

Estela es mexicana y canadiense, y se define como “contadora por profesión, pero viajera de corazón”. Su primer viaje fuera de México fue a Canadá, donde estudió durante tres meses y luego decidió quedarse a vivir ahí.

Fue al obtener su visa canadiense que decidió ponerse a viajar por todo el mundo durante dos años. Ha visitado lugares como EE. UU., Canadá, Costa Rica, China, Singapur, Indonesia, Inglaterra, Suecia, Italia, Corea del Sur, Corea del Norte, Hong Kong, y Grecia.

La idea de fundar B-Digital Nomad surgió a raíz de un viaje en Malasia donde estaba ayudando a una agencia de viajes y se dio cuenta de que era algo que le apasionaba, sobre todo por el contacto con la gente, lo que normalmente no ejercía con su carrera de contadora.

“Me di cuenta que mucha gente quería viajar a largo plazo, pero no podían por el dinero; a veces o trabajas o viajas, y decidí crear un programa en el que se combinan las dos cosas y además es accesible, pues los pagos son mes a mes”, explicó durante la entrevista.

Ella se encarga de toda la logística del viaje, y detalles como aviones, hospedaje, espacios de trabajo, que los viajeros tengan internet en todas las locaciones, organización de tours y buscar una involucración con la cultura del país para tener una experiencia más cercana a la gente local; así los participantes del programa no tendrán que preocuparse por nada más que disfrutar de cada rincón que visitan.

La idea es visitar 12 países y estar un mes en cada uno; para la primera travesía además de Mérida, Estela y sus acompañantes viajarán por Costa Rica, Perú, España, República Checa, Croacia, Italia, Tailandia, Camboya, Indonesia y Malasia.

Estela cuenta que una de las cosas más difíciles antes de decidirse a viajar fue precisamente dar ese primer paso, porque “uno como mexicano es más del ambiente familiar”. Confesó que siempre se ponía excusas para no viajar a largo plazo, hasta que mientras pasaba año nuevo en las playas de Vancouver observó a un grupo de pájaros migrantes y sintió envidia al ver que podía volar y viajar a cualquier parte del mundo; esa breve escena la hizo reflexionar acerca de que ella no tenía nada que la amarrara. “Me di cuenta que yo misma era mi única excusa para no viajar; así que decidí renunciar a mi trabajo y hacer mi sueño de conocer el mundo”.

Lo que más aprecia desde el momento en que tomó esa decisión no es la oportunidad de conocer decenas de países y cientos de personas sino la “satisfacción de sentirme libre”.

Una de las aventuras que más recuerda fue cuando estaba en Singapur y tenía una mochila con sus cosas más importantes y una maleta; al bajar del autobús olvidó la mochila, así que tuvo que dejar sus demás cosas encomendadas con las personas que estaban en el paradero y correr lo más rápido que pudo. Tres calles después, alcanzó al autobús y recuperó sus cosas. “Nunca me he topado con gente mala en mi camino, al contrario, siempre encuentro personas que me ayudan y me apoyan. Yo los siento como mis ángeles, pues en cada país encuentro a alguien y no me siento sola”.

Aunque a la mayoría de las personas le gusta viajar en pareja o con amigos, Estela recomienda hacer un viaje sin acompañantes, pues eso permite conocer más personas y tener una apertura mayor hacia otras culturas. “Cuando viajo sola todos los días conozco a alguien nuevo y es más bonito, queda ese lazo por si regreso a su país”. Otra de sus satisfacciones es darse cuenta que “el mundo tiene más cosas buenas que malas, porque en las noticias sólo hay peleas o tragedias, pero pasan muchas otras cosas buenas y de las que no se hablan”.