Eduardo Vera Hernández es un joven beisbolista que está a punto de hacer historia pues sería el primer yucateco en participar en las Ligas Mayores con el equipo “Los piratas de Pittsburgh”, al que pertenece desde hace siete años.

Apenas la semana pasada, el joven llegó a Pirate City en Bradenton, Florida para iniciar un entrenamiento con las estrellas del equipo buscando un lugar en las grandes ligas. El béisbol es algo que inició en su niñez como un simple juego por iniciativa de un vecino que jugaba en la Liga Yucatán y de su padre quien lo vio como una oportunidad para fomentar la actividad física.

“Desde que fui por primera vez me gustó mucho y conforme fueron pasando los años nos dimos cuenta que tenía una gran habilidad, así que desde niño le dije a mi papá lo que quería lograr y me fije metas muy altas”, platicó el joven de 24 años de edad.

A los 17 años ya estaba firmado para los Leones de Yucatán e hizo pruebas con varios equipos, pero fueron “Los piratas de Pittsburgh”, quienes le ofrecieron su primer contrato profesional, por lo que tuvo que dejar Mérida para irse a vivir solo a Estados Unidos y unirse a la sucursal AA del equipo. “Fue una decisión difícil porque dejas atrás familia, seres queridos y muchas otras cosas pero desde chico sabía mis aspiraciones y con mucha perseverancia y trabajo se fueron dando las cosas, ahora estamos a nada de hacer historia”, añadió.

Entre las dificultades, estuvo adaptarse a vivir solo y hacerse responsable de él mismo desde pequeño, estar lejos de su familia y el idioma, pues él solo sabía lo básico del inglés cuando llegó al país estadounidense pero a través del programa de educación de los Piratas y con la convivencia con sus compañeros ahora ya no tiene que batallar con eso.

Vale la pena

Pero las recompensas a todos esos sacrificios también le llegaron pronto con grandes satisfacciones al ganar campeonatos, hacer inigualables amistades, muchos viajes e incluso conocer el amor, pues apenas hace unos meses contrajo matrimonio. “Me siento muy feliz por todo lo que ha pasado, el béisbol es un juego que tenía desde niño y hacerlo ahora como un trabajo para mí es un sueño”, aseguró. Además, otras satisfacciones para él es ser parte del programa de servicio comunitario de Los Piratas, lo que le permite participar en actividades diversas recaudando fondos para distintas organizaciones e impactando a otras personas a través de su imagen. “Siempre le podemos dar algo a la comunidad, no simplemente soy un jugador de béisbol, sino que afuera del terreno de juego busco ser un buen humano que da de regreso todas las bendiciones que ha recibido”.

Acerca de su vida cotidiana platicó que es similar a la de otros jóvenes aprovechando su tiempo libre en cosas simples como ir al cine, conocer sitios turísticos o de naturaleza y aprovechar todo el tiempo posible con su familia. Mientras que durante las temporadas de juego básicamente vive en los estadios, ya que debe llegar al medio día para una preparación física y por la noche comienzan los partidos que en ocasiones se prolongan hasta las 11 de la noche, rutina que se repite todos los días pues al mes solo tienen uno o dos días libres. “Se pasa tanto tiempo en el estadio con los compañeros y entrenadores que se van convirtiendo en tu familia”.

La oportunidad de ser parte del entrenamiento primaveral con grandes estrellas es algo que Eduardo toma con mucha responsabilidad pues sabe que es la antesala a cumplir el sueño de jugar en las Grandes Ligas. “Me siento muy orgulloso como mexicano y principalmente yucateco por todo lo que estoy logrando ahora; solo queda hacer mi trabajo, dar lo mejor de mí y enfocar toda la presión en algo bueno; voy a estar codo a codo con las estrellas que veía de niño y tengo toda la mentalidad de quedarme en el equipo”, dijo.

Para él, más allá de la competitividad del juego y las ganas de siempre ganar, los fanáticos ocupan un lugar muy importante. “Sin ellos no seríamos nada, así que siempre busco convivir y que el juego sea un show para los espectadores. Agradezco mucho el apoyo de todos los que me mandan buena vibra”.

A quienes comparten el mismo sueño, solamente les aconseja “trabajar muy duro, ser perseverante y muy íntegro, te estén viendo o no siempre hacer las cosas de la mejor manera”.