Emiliano Gamero se reencontró con Mérida meses antes de emprender su segunda gira europea con mucha ilusión. El rejoneador mexicano siempre ha tenido una conexión especial con nuestra ciudad pues durante varios años vivió aquí, además de ser el lugar en el que nació su primogénita.

Estar en Mérida es algo que califica como uno de los “delirios” más bonitos en su vida, pues se trata de una plaza que lo ha visto “crecer y soñar”. “Me ayudó a escalar eslabones muy importantes. Es la ciudad que me adoptó y me hizo muy feliz mientras viví aquí, a donde quiera que voy los llevo en mi corazón”, aseguró.

Emiliano se ha consolidado como el mejor exponente actual del rejoneo en México, ocupando los primeros sitios del escalafón y con llenos totales y trofeos en cada ruedo que se presenta. El año pasado visitó Europa por primera vez y aunque solamente tenía un festival en puerta, tras su primer triunfo le llovieron las oportunidades logrando concretar 14 corridas.

“Mi experiencia europea es de las cosas más bonitas de mi vida, pero también de las más complicadas al dejar a la familia e irme a soñar sin nada claro más que la ilusión del triunfo. Fue un sueño hecho realidad y un rotundo éxito, espero hacer otra temporada buena ahí y siempre regresar a México a demostrar más madurez y amor por todos mis mexicanos”, añadió.

Es hijo del rejoneador Guillermo Gamero por lo que creció entre toros y caballos. Fue apenas a los siete años de edad cuando descubrió su pasión taurina al torear su primera vaquilla y poco a poco fue construyendo una carrera con pasos muy firmes. Debutó en el 2002 en la plaza de toros “La Concordia” de Veracruz y tomó la alternativa el 4 de marzo de 2011 en Toluca teniendo a Diego Ventura como padrino.

Al iniciar su carrera únicamente tenía dos caballos, pero actualmente cuenta con una cuadrilla tanto en México como España contando con más de 20 ejemplares, a los cuales renueva de manera constante para ofrecer mayor variedad en el ruedo. Su estilo es de mucho arte, valor y entrega aunque con el tiempo ha adquirido mayor madurez. “Al principio todo era derroche y peligro. Aunque sigo siendo el mismo apasionado de siempre, ahora mis caballos cuentan con una doma completamente distinta. Hay que irse puliendo y creo que traigo una cuadra de mucho nivel y artística”, compartió.

Ha recibido importantes reconocimientos de peñas taurinas y gente especializada en el mundo del toro, pero sin duda la mayor gratitud es la de la afición. Su fuerte conexión con el público, la personalidad que impregna en el toreo y la variedad de su cuadrilla hacen que llene todas las plazas en las que se presenta, destacando en los recintos más importantes del país y festejos como la Feria Nacional de Zacatecas, Feria de Huamantla y la Feria Nacional de San Marcos donde indultó un toro en el 2015 y el 2016.

No todo ha sido fácil para él aunque califica los momentos oscuros como enseñanzas. “Es conocer el lado oscuro del túnel; todo pasa por algo y me va dejando mucha madurez”.

“Siempre estoy dispuesto a entregarlo todo y a las personas les abro mi corazón por completo. Respondo personalmente mis redes sociales y siempre me conduzco de frente como me gusta torear”, añadió.

De su faceta como padre explica que es de las experiencias más bonitas y ve en sus hijos mucho potencial. “Con Macarena tenía que salir a trabajar todo el día y a veces la llevaba conmigo; por eso le nació el amor a los caballos, es buenísima y le encanta”.

“El varoncito me hace recordar cuando yo era niño porque exactamente aprendí a montar antes de caminar. Me llena de orgullo ver cómo disfrutan a los caballos y todos los animales del rancho, ver esa pasión con la que se levantan todos los días para alimentarlos y cuidarlos. La verdad es que el caballo nos une como familia y soy muy bendecido con mis hijos y esposa a quienes les encanta lo que hago, viven la misma pasión que yo vivo y se entregan conmigo a todo momento”.

Sobre el futuro de sus hijos en el rejoneo aseguró que le encantaría verlos triunfar pero también que hagan lo que ellos quieran. “A pesar de que mi padre fue rejoneador, siempre quiso relegarme y detenerme. Yo al contrario, si es lo que quieren los voy a apoyar, me encantaría ayudarlos en todo lo que pueda y que sigan el camino de la felicidad”.