La cirugía plástica ofrece una gran variedad de tratamientos ya sea sencillos o complejos y que ayudan a corregir problemas muchas veces de forma sencilla. Para conocer más acerca del tema, platicamos con el cirujano plástico Ernesto Javier Acosta Abeyta con ocho años de experiencia en el área médica, miembro del Colegio de Cirugía Plástica de Yucatán y Nuevo León, miembro de la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva, y certificado por el Consejo Mexicano de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva.

Uno de los problemas actuales a nivel mundial en cuanto a la cirugía plástica “es que muchos doctores no estudiaron la subespecialidad y simplemente tomaron cursos de algunos meses, por lo que realizan cirugías estéticas con poco conocimiento del tema y un alto riesgo de complicaciones. Una manera sencilla de identificarlos es pedir que su cirugía sea en un hospital. Si su médico no es cirujano plástico no podrá realizar la cirugía, ya que es ilegal”, explicó Ernesto Acosta.

“A todos mis pacientes les comento que una cirugía plástica puede modificar la vida de muchas maneras. Al cambiar algo que no les gustaba muchas veces también empiezan a modificar para bien sus hábitos, ya sea en alimentación o ejercicio”, agregó.

El cirujano estudió la carrera de Medicina en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, la especialidad de Cirugía General y subespecialidad de Cirugía Plástica en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Se distingue por ser auténtico y siempre buscar el mejor tratamiento para cada persona, así como explicar con lujo de detalles cada cirugía, sugerir siempre lo mejor, escuchar a sus pacientes y entender qué necesitan.

“Me gusta la cirugía y en específico la cirugía plástica; es una especialidad que permite realizar cambios muy satisfactorios y de alto impacto en la personalidad y autoestima de los pacientes. Disfruto mucho el trato con las personas y conocer a mis pacientes para ayudarlos de manera integral”.

Los mayores retos de su carrera han sido aprender la variedad de técnicas que existen para realizar las cirugías y modificarlas según su experiencia, lo que permite otorgar un toque propio a lo que hace basado en su aprendizaje.

Aunque ser médico es un trabajo extenuante, el cirujano Ernesto Acosta aprovecha sus tiempos libres para hacer ejercicio, practicar ecoturismo y pasar tiempo con su familia. “Al igual que en mi trabajo uno debe esforzarse por ser mejor como persona y como cirujano, mejorar cada día y echarle todos los kilos a lo que uno hace y, por supuesto, disfrutar lo que uno hace a diario es indispensable. Disfruto mucho mi trabajo”, añadió.

“Siempre tratar de mejorar con respecto a uno mismo. Nuestra competencia es con uno mismo”, es su consejo para las futuras generaciones.