Paul Vivas viene de una familia de doctores. Durante la entrevista nos platicó que al principio fue muy difícil decidir una carrera, ya que él quería estudiar relaciones internacionales. Con el paso del tiempo, descubrió que la forma de directa de poder apoyar a mucha gente era siendo doctor.

Trabaja los 365 días del año, tiene disposición completa en su celular, en persona, y si tiene que moverse a un lugar o cancelar un cumpleaños lo hace por ir a ver a un paciente que necesita ayuda.

Para él lo más importante es la familia. Su esposa ha sido el pilar principal de su motivación, ya que ser doctor es un estilo de vida, una pasión y “es algo que tienes que amar”. Se considera un hombre afortunado ya que le ha tocado ver nacer entre 2,000 y 2,500 niños. “Cada uno es diferente. Cada uno es un milagro y eso hace que cada nacimiento sea algo mágico”.

El doctor Paul asegura que la misión de ser pediatra es proteger a los niños, cuidarlos y hacer que tengan un mejor nivel de vida.