Michel Lagravere Peniche “Michelito” es reconocido a nivel mundial gracias a su labor en la tauromaquia, la cual inició desde muy pequeño convirtiéndose en el novillero más joven del mundo en tomar la alternativa con tan sólo 14 años de edad. Y es que en ese momento él ya llevaba 10 años de experiencia en el ruedo, pues su primer contacto con una becerra lo tuvo a los 4 años de edad.

No es casualidad su pasión y gusto por los toros, su padre de origen francés es también torero, así que Michelito desde niño vivió de cerca el amor por los toros. Recientemente cumplió uno de sus sueños al confirmar la alternativa en la Monumental Plaza de Toros México, justo una semana después tuvo su primer mano a mano con su hermano André y ahora tiene varias fechas importantes por torear. Así es la vida de todo torero, sueños por cumplir, peligro y miedo en cada tarde pero siempre con las ganas de un triunfo y más plazas por conquistar.

“Toree un montón como niño y es que con cuatro o cinco años solo juegas al toro. No tenía ni noción ni sueños de ser torero, sino que lo hacía como cualquier pequeño que patea un balón y le gusta el fútbol. Cuando pasaron los años me di cuenta de que era mi verdadera pasión y estuve de novillero tres años. En el 2012 tomé la alternativa en Yucatán y desde ese día he toreado”, recuerda acerca de cómo fueron sus inicios.

Actualmente está cerca de cumplir 100 corridas como matador de toros y ha partido ruedo en plazas de primera en Europa con las máximas figuras de la tauromaquia. “La mayoría han sido en España y Francia porque en México es muy complicado, hay muchos toreros y pocas oportunidades”, explica.

Además de las oportunidades, Michelito ve como “otro mundo” sus compromisos en el continente europeo no solo por el encaste de los toros que son completamente diferentes sino por la afición y competencia con grandes figuras. “No quiere decir que ahí o aquí este mejor o peor, es una fiesta totalmente distinta. La gente no es tan efusiva y apasionada como en México sino que exigen de otra manera y son mucho más fríos. Se siente la competencia al torear junto a figuras como el Fandi, López Simón o Castella, quienes están en su casa y se sienten totalmente acostumbrados a ese tipo de fiesta y toros”, abundó.

Enrique Ponce, Morante de la Puebla, Pablo Hermoso de Mendoza, Federico Pizarro, Uriel Moreno “El Zapata”, Antonio García “El chihuahua”, Arturo Macías, Octavio García “El Payo” son otras figuras europeas y mexicanas con quienes ha compartido cartel en ciudades de México, España, Francia y Sudamérica.

“Han sido experiencias inolvidables, son toreros que de niño veía en la televisión y revistas como ídolos y de repente con el paso del tiempo me veo compitiendo junto a ellos y es algo muy bonito”, añadió.

Acerca de su estilo al torear explicó que como aficionado disfrutas ciertos conceptos del mundo taurino pero luego el cuerpo puede limitar la forma en la que se torea. Le gusta mucho el toreo clásico aunque no todas las tardes se prestan para eso. En el ruedo se muestra poderoso, con técnica y muy capaz y sobretodo entregado dispuesto a darlo todo para transmitir lo que siente en ese momento. “Mucha gente que me conoce se sorprende cuando les digo que a veces estoy asustado porque quizás no lo denoto tanto, pero desde que empiezas a tener madurez taurina surge el miedo y es normal; cuando estoy a gusto lo transmito a la afición”, detalló.

Sus días cotidianos son muy cambiantes pues depende de lo que tenga por delante. “Cuando no hay algún compromiso en puerta es verdad que cuesta mucho más levantarse e ir a correr, cuidar la comida o no ir a fiestas pero luego empiezan a salir carteles que te ilusionan y te quieres matar entrenando; más allá de lo físico hay que pensar en el toreo e ilusionarse, imaginarse faenas. Yo todo el tiempo tengo ideas en la mente que me ayudan a seguir ilusionado en el día a día”. Para él no ha sido difícil su estilo de vida pues desde pequeño se acostumbró a perderse fiestas o a tener mayores responsabilidades. “Mis amigos no se preocupaban por nada más que ir a la escuela y yo tenía que entrenar en las mañanas y en las tardes, cuidar mi comida, no desvelarme. Es verdad que uno por ser torero e intentar estar a un buen nivel tiene que sacrificar mucho, pero es como en el fútbol o cualquier profesional que tiene que estar todos los días sacrificándose para estar al 100% en su oficina o donde se desempeñe. No me arrepiento, ha valido la pena y creo que a mis 21 años aún tengo mucho por delante”.

Su carrera ha tenido algunos altibajos y tardes malas pero él lo ve como parte del proceso. “Un fracaso no es donde termina todo, a final de cuentas es un día malo en el trabajo, un día más y con el paso de los meses he entendido que no por eso me tengo que rendir. Aunque también es muy importante tener personas que te digan que todo va a estar bien aunque en realidad no lo este porque el toreo puede ser muy cruel”.

Tener una familia tan inmersa en el mundo del toro ha sido algo muy importante para Michelito. “Me han facilitado mucho las cosas apoyándome desde el minuto uno pero también ha sido mucho más duro porque sé que sufren como yo en los altibajos”. “Tener un papá torero es muy bueno, es como un maestro en casa pero veo mi futuro teniendo un hijo y admiro mucho a mi papá en ese sentido porque quizás no tendría el carácter de él para no tocarse el corazón. Nos ha inculcado un carácter muy fuerte y esas exigencias nos han servido para estar donde estamos. Yo creo que sin toda la exigencia no hubiese sido posible lograr ni un cuarto de lo que hemos logrado gracias a toda la cuestión familiar”.

“La figura de mi hermano me ha ayudado a seguir en esto, yo creo que en los últimos años si André no hubiese tirado pa´lante junto a mí a lo mejor no seguiría toreando. Hubo tardes en las que no salieron bien las cosas, hubo bajones pero en general han sido siete años de mucho aprendizaje”. Precisamente la gente que ha conocido gracias a sus días en un ruedo es lo que más agradece. “Mucha gente ha estado desde el inicio, ha creído en mí y me brindan su apoyo, yo sé que van a seguir conmigo sea o no torero y eso es lo más importante”.