Perdido en el tiempo, este pequeño pueblo que entrecruza la tranquilidad con la aventura, célebre por estar localizado al pie de la Peña de Bernal en el estado de Querétaro, fue declarado como mágico en febrero de 2006.

San Sebastián Bernal es el nombre íntegro del pueblo que acoge al tercer monolito más grande del mundo, después del Peñón de Gibraltar del Reino Unido y el Pan de Azúcar de Brasil, y con sus calles pavimentadas, bellos paisajes, artesanías y encanto colonial hace de tu estadía un asombro, en el que puedes ser testigo de deshilados, cobijas y mantelería hechos en telares de 100 años de antigüedad.

Fue en 1725 que se le dio la categoría de congregación con el nombre de San Sebastián Bernal, y se edificó la actual iglesia de tres naves dedicada a San Sebastián, patrono del poblado desde su fundación, cuyo festejo cada 20 de enero es una de las principales festividades del pueblo, hasta la fecha.

Para llegar a este Pueblo Mágico, si tu primera parada es la ciudad de México, debes tomar desde ahí un autobús con destino a Ezequiel Bernal, y en ese punto otro con dirección a Tolimán, en donde se le pide al chofer parada en Bernal, haciendo así un recorrido de aproximadamente tres horas y media.

Dentro de los sitios de interés están El Castillo, el cual es un inmueble de tipo virreinal y uno de los más relevantes en la historia política del pueblo; la Capilla de las Ánimas, también conocida como las Animitas, cuya construcción fue en honor de todas las ánimas del purgatorio y su particular diseño invita a ser fotografiado; la Capilla de la Santa Cruz, edificada entre los siglos XVIII y XIX, cuya tradición señala que los peregrinos deben llegar al atrio de rodillas bajo el sol, a manera de pago por deudas celestiales, y la Peña de Bernal, un monolito de alrededor de 350 metros de altura y 10 millones de años de antigüedad que significa el lugar idóneo si te gustan los deportes extremos.

Si te interesa su gastronomía, no puedes perder la oportunidad de probar platillos preparados en cazuelas de barro y fogones rústicos, dentro de los cuales destacan las tradicionales gorditas de maíz quebrado, las sabrosas enchiladas serranas con cecina y los apetitosos nopales en penca. Si disfrutas algo dulce no puedes no comer los dulces típicos de leche, la nieve de guamichi que no encontrarás en otra parte y la fruta cristalizada.

Bernal no es solamente un destino para aquellos que persiguen la aventura, sino un sitio holístico debido a la energía que desprende y, aunque misterios envuelven a su peña, lo indiscutible es que cautiva y atrae. ¡No pierdas tiempo y visítalo!